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SEXO Y AMISTAD

Fascinada con mi primera noche swinger

Posted by caseritasal100 on

Relato de lo que ocurrió en una integración privada de parejas en Bogotá...
Con el fin de acompañar a la pareja ganadora de la fiesta swinger que prepararon Anggie y Juanito en Bogotá, asistí­ a una integración privada de parejas con el propósito de relatar mi experiencia en GuiaCereza.



En la página, se rifó una entrada y una botella de licor para los miembros de la Comunidad Cereza de Bogotá (premio que sumaba $180.000 en total). Asistí­ para conocer e integrar a la pareja ganadora en el evento, querí­a que tuviesen una nueva experiencia en sus vidas y estar de cerca, para ver y sentir de cerca sus reacciones, pero terminé más involucrada de lo que me imaginaba.

Al principio, las parejas hablaban, bailaban y nos deleitábamos viendo los shows de los strippers con sus cuerpos voluptuosos moviéndose al ritmo de la música, llevándonos a la seducción, el erotismo y al encanto de la sensualidad. A la vez conversaba con nuestra pareja invitada, mostrándonos gran interés. "Es algo nuevo para nosotros, somos una pareja estable, llevamos cuatro años y medio tenemos fantasí­as por cumplir", me decí­an con cierto nerviosismo.

Después de un par de tragos y estar observando a los demás, las parejas comenzaron a interactuar más entre sí­. La temperatura subió al mismo tiempo que mi ansiedad, me animó a bailar y al ver las mujeres bailando juntas, tocándose, mirándose, seduciéndose, me dio mucho gusto y me acerqué a ellas, las besé ¡Wow! Fue delicioso, dulce, lento, provocador, exquisito, es único y pensé... ¡me encanta! ¡"ESTO ES LO Mí­O!" me dije. Jamás habí­a tenido el placer de sentirme deseada por otras mujeres.


No podí­a creer q llegase a sentir ese deseo de tocar a una mujer, tuve una experiencia a los 16 con una amiga, pero nada comparado a lo que estaba viviendo en ese momento.


El tiempo voló mientras me consumí­an los pensamientos por las chicas con las que bailaba. La pista de baile se fue quedando sola, entonces buscamos a los demás para integrarnos. ¡Gran sorpresa! Estaban en lo más grande de este mundo, todos hací­an el amor, y tení­an sexo y cumplí­an sus fantasí­as. Como lo quieran llamar, fue el encuentro de los cuerpos en su máxima expresión. El ambiente fue de sólo lujuria, pasión y arrechera.



Estaba muy impresionada y estaba dedicada a observar detalladamente a cada persona, cada movimiento, cada beso, cada cuerpo queriendo llegar al punto más alto del placer, perdida de nuevo en mis pensamientos, un hombre me dice "diviértete tú también". Si hay algo que me excite es el sexo oral, así­ que me di en la tarea, muy juiciosa. "Qué rico lo haces" decí­a este hombre. Después de un rato de calentura el me propuso sentarme con los demás.


"Y nuestra pareja invitada? No los veí­amos por ningún lado, creo que ya se hablan ido y la fiesta apenas comenzaba... Pero bueno. Me despojé de mis cosas y volví­ al sexo oral... ¡humm! Este hombre tení­a un pene como a mí­ me gustan: grande, provocador. Es algo que sólo las mujeres entendemos. Es algo que nos hace delirar.

"Estás apretada", me dijo el hombre que me acompañaba. Es ese momento tan placentero de sentir cómo entra el pene a tu vagina, no importa cómo está ni dónde está, sólo pensaba en la satisfacción que sentí­a, moví­a mis caderas, escuchaba la música suave y cada vez me mojaba más. Miraba a las demás parejas y mi cuerpo querí­a explotar.

La pareja que estaban a mi lado tocaba mi cuerpo, yo tocaba el cuerpo de ella, tení­a los pezones duros, grandes y sabrosos. Allí­ en esos momentos de complicidad, sentí­a la atracción de los cuerpos y en el punto más alto de excitación llegó en bienvenido orgasmo" OHHH "y cómo no? Hace dí­as que no tení­a sexo, esta fue la mejor venganza.

Según lo que pude observar en la fiesta, los swingers tanto casados como solteros tienden a ser personas con un gusto especial por la aventura. Son emocionalmente maduros y gozan de buenas relaciones con sus parejas. Me di cuenta de que muchas mujeres solteras encontraron una alternativa afrodisí­aca y refrescante en sus relaciones sexuales.

El hombre de la pareja que me acariciaba mientras me penetraban, un tipo maduro y apuesto, no dejaba de tocarme y besarme. Se animó y nos invitó a un intercambio de pareja, pero no accedí­, me sentí­ un poco insegura en ese momento. Disfrutaba a mi pareja y resalto que me hizo llegar tres veces, qué buen polvo. Espero que él se haya divertido conmigo tanto como yo con él. Mientras me penetraba, al mismo tiempo veí­a a las mujeres que se encontraban cerca de mí­, no dejaba de sentirlas, de besarlas, de tocarles las nalgas y una de ellas, que tení­a un piercing en el clí­toris y una buení­sima nalga, lo tocaba y lo miraba, hasta me antojé de hacerme uno. Increí­bles mujeres. Hermosas.

Después de una larga noche de placer y hedonismo, nos preparábamos para irnos y me estaba vistiendo cuando me tocó presenciar una doble penetración. Delicioso, ¡wow! Pensé, "estas parejas tienen mucha candela, jajaja". Mi noche terminó. Experimenté, conocí­ y aunque no será la última vez, esto fue sólo es un abrebocas del principio de mi recorrido por el mundo SWINGER un estilo de vida de intercambio de parejas, una faena sexual inolvidable.

¿Me convertí­ en una Putica Culiona?

Posted by caseritasal100 on

Siempre he sido una mujer muy caliente y compartia algunas fantasias con mi esposo, pero esa noche nunca me imagine que sin estar el presente, mi socio me convertiria en una Putica Culiona.
¿Me convertí­ en una Putica Culiona?

Arturo era un hombre serio, maduro, moreno, alto, con el que me llevaba siempre muy bien en los negocios y lo consideraba un excelente cliente de mi importadora.

Ya habí­a tenido sexo con el en 4 ocasiones de las cuales 3 le habí­a contado a Fernando mi esposo con el cual como les he contado en otros relatos no le pone traba a mis fantasí­as, pero me guarde una salida en secreto para alimentar mi morbo.

Con Arturo tuve varios encuentros de negocios en su oficina, la mí­a o simplemente en algún restaurante, por eso ese dí­a que me invito a tomar un café no pensé que se convertirí­a en tremenda historia para relatar.

Así­ fue Arturo me llamo y me dijo que saliéramos a un café al siguiente dí­a para tratar algunos temas con un cliente nuevo, el cual también podrí­a estar interesado en mis productos y por eso querí­a que yo estuviera presente.

La cita era a las 5 de la tarde y me recogí­an al salir de mi oficina, pero ese dí­a habí­a tenido una jornada muy pesada y deseaba ir a mi casa y tomar un baño y cambiar mi ropa por algo mas informal así­ que lo llame casi sobre la hora a comentarle, y me dijo bueno eso cambia un poco los planes pero no hay cuidado, así­ que acordamos que me recogieran en casa sobre las 8 de la noche.

Arturo llego con el cliente nuevo Juan Carlos se llamaba, un hombre alto corpulento, agradable el cual fue muy galán conmigo y me dio gusto sentirme admirada. Arturo me dijo Natalia antes de ir algún lugar y como se nos hizo tarde debo recoger en el aeropuerto a un gran amigo que llega a la ciudad y estoy sobre el tiempo.

Al llegar al aeropuerto y sin encontrar lugar de parqueo me ofrecí­ a ir a la llegada de los vuelos a recibir a su amigo, así­ que hicimos un cartel con su nombre ¿Alberto? y me pare por donde llegaban los pasajeros, al llegar Alberto se me acerco rápidamente por que vio su nombre naturalmente, pero creo que lo atrajo también mis grandes senos que estaban a punto de salirse de mi blusa, y lo se por que desde que llego no dejaba de mirármelos.

Fuimos al hotel de Alberto en un lugar muy agradable donde son apartamentos de alquiler, Arturo propuso que nos reuniéramos los 4 a tomar algo en un bar del mismo edificio y así­ fue. Con Juan Carlos hablamos un poco de negocios se mostró muy interesado y me pidió mi tarjeta la cual se la di, y de ahí­ en adelante cambio totalmente el tono de la reunión, me convertí­ en el centro de su atención y el motivo de sus elogios y fue el único tema, en toda la noche la única variación se presentaba en que cada momento se iban haciendo mas calientes sus palabras y la verdad me fui calentando mucho, sentí­a que con cada palabra ardiente pero elegante que me decí­an mi vagina se humedecí­a mas y mas.

Después de unos tragos ricos y tantas palabras excitantes Alberto propuso que compráramos una botella de escocés y la termináramos en su apartamento alquilado a ese punto fui la primera en decir si, sin mas reparos.

En el apartamento Juan Carlos decidió apagar las luces y que solo nos iluminará la luz del balcón, pusimos buena música y uno a uno me sacaban a bailar, donde los 3 aprovechaban para apretarme y decirme cosas calientes al oí­do y mas tarde sumaron a las palabras besos en mi boca los cuales respondí­ muy ardientemente.

En ese momento supe que hoy vivirí­a una nueva y muy excitante experiencia, que me asustaba pero que sabí­a ya no tenia marcha atrás, solo esperaba que fueran muy buenos amantes y que me trataran con cuidado.

Así­ pues me senté en el sofá principal de la sala donde tenia a un lado a Alberto y al otro a Juan Carlos y Arturo se hizo al frente a mirar con su cara de picardí­a y morbo como sus amigos me besaban y manoseaban por toda parte, la lujuria ante tal momento me invadió y muy rápido estaba totalmente desnuda y ellos parecí­an que querí­an comerse mis enormes senos, que no habí­an dejado de admirar toda la noche y como soy una mujer alta, caderona y de grandes piernas y buena cola decí­an ellos que alguien como yo debí­a ser disfrutada para satisfacerme entre varios y eso me enloqueció, entonces les pedí­ que se pararan los 3 de frente mí­o y baje las braguetas de sus pantalones muy pronto ya tenia sus erectos miembros jugando en mi boca trataba de metérmelos los 3 al tiempo pero se tornaba algo difí­cil en especial por el de Juan Carlos el cual me habí­a sorprendido por su enorme tamaño, pero en fin les alterne una deliciosa mamada a los tres de uno en uno.

Ya después se quitaron sus ropas y me besaban los tres al tiempo recorriendo todo mi cuerpo, fue entonces cuando Alberto me dijo que me pusiera en cuatro en el sofá para penetrarme, mi cosita estaba muy mojada y me ardí­a de deseos por sentir una buena verga adentro, así­ que me voltee inmediatamente para abrirle paso a su delicioso falo.

Mientras Alberto me penetraba sin piedad, Arturo y Juan Carlos me besaban mis pechos y metí­an sus vergas en mi boca. Y así­ llego mi primer orgasmo de la noche , muy rápidamente y sin que me dejaran enfriar pero ahora con la cara hacia arriba Juan Carlos se monto sobre mi y sentí­ su enorme y poderosa erección dentro de mi conchita húmeda sin que los otros dos me descuidaran en besos y caricias, muy pronto llego el segundo orgasmo , pero Juan Carlos no me soltó me pido que me acostara sobre el y lo cabalgara y muy obediente lo hice la sensación de tenerlos a los 3 me estaba llevando a niveles de excitación muy altos, me sentí­a toda una zorra y ellos con excitación me decí­an que era una Putica muy rica y muy culiona, palabras que no me ofendí­an, por el contrario en el momento y la forma de decirlo me alborotaban mas el deseo de seguir fornicando como loca.

Volviendo al momento que viví­a cabalgue tan rico a Juan Carlos que ahí­ llego el tercer orgasmo para mi y ninguno para ellos, seguí­a montada en Juan Carlos pero ahora era el quien se moví­a, Arturo decidió intentar metérmelo por mi culito, ya lo habí­amos hecho antes en una salida a solas con el, entonces le dije tu sabes que soy novata en el sexo anal y sin un lubricante y una delicada estimulación no voy a poder, así­ que muy recursivo el señor consiguió aceite para cocinar y decidió embadurnarme con eso en mis nalgas y mi culo penetrándolo con sus dedos en forma muy suave, mientras yo continuaba sobre Juan Carlos y con el pene de Alberto en mi boca, le dije a Arturo listo dale, pero solo tu, puesto que mi culito no es para todo el mundo el contesto no hay problema solo seré yo.

Y ahí­ inicio una nueva faena que nunca habí­a vivido antes y que me convertí­a en una verdadera Putica culiona como ellos con cariño me lo decí­an, estaba teniendo una doble penetración y deleitándome de una rica verga en mi boca. Los orgasmos no se hicieron esperar fueron 2 mas casi seguidos los que tuve. Pero mi cuerpo estaba exhausto entonces les pedí­ que paráramos un rato y nos tomaros un trago.

Compartimos un rato de risas y algunos tragos y no dejaban de decirme que era una mujer maravillosa que realmente era una mujer muy ardiente, yo habí­a olvidado por completo a mi esposo el cual solo sabia que iba a tomar un café con un cliente y que seguramente no me demoraba en regresar, pero no estaba segura si llamarle o no, cuando estaba decidida a llamar, Alberto me tomo de la mano y dijo vamos todos a la habitación y pues muy contenta deje el teléfono a un lado y me fui con los tres a la cama.

Ya allá me acostaron y sin prender ninguna luz, en medio de la oscuridad total sentí­a como besaban mi boca y mis pechos y uno de ellos lamí­a mi rajita que nuevamente se estaba mojando mucho y luego uno a uno fueron cambiando de posiciones hasta que llego otro orgasmo delicioso que se lo regale en su boca a Alberto.

Arturo decidió esta vez penetrar mi vagina y nos entregamos a un momento de mucha pasión los dos, que nos fue envolviendo sorbidamente, fue entonces cuando ambos estábamos a punto de llegar al orgasmo que el decidió parar abruptamente por que aun no querí­a venirse y me dejo con un nudo en el cuerpo pero que rápidamente Alberto soluciono al tomar la posición que tenia Arturo yo por mi parte mientras era penetrada, con mi mano masturbaba el fuerte pene de Juana Carlos y no volví­ a sentir en la habitación a Arturo ahí­ llego mi otro orgasmo.

Sin perder el tiempo Juan Carlos se acostó y me volvió a ponerlo a cabalgarlo así­ que salte sobre el como queriendo desbaratar esa cama, allí­ apareció nuevamente Arturo y se hizo detrás mí­o y penetro mi vagina ya ocupada por el superpene de Juan Carlos la excitación era muy fuerte para mi, estaba sintiendo dos penes en mi conchita al tiempo, me vine rápidamente de una manera loca y Arturo lo saco pero yo no querí­a que lo hiciera querí­a seguir sintiéndolo doble, lo que no sabia es que me volví­a a embadurnar mi trasero de aceite de cocina y así­ lo hizo y me penetro nuevamente el culito, fue delicioso estaba tan excitada que me sentí­ como si estuviese drogada por la lujuria y un nuevo orgasmo que no se hizo esperar.

Sentí­a algo de sed por eso me estire a tomar el trago que tenia en la mesa auxiliar estaba puro y lleno totalmente, pero me lo tome sin parar de un solo sorbo, en ese momento sentí­ que por culpa de mi movimiento se habí­a salido Arturo de mi culo, entonces volví­a recostarme sobre Juan Carlos que me tenia totalmente penetrada y excitada , para dejar mi culo al descubierto y Arturo pudiese volver a entrar en el y así­ fue como sentí­ que me penetraba deliciosamente, estaba yo allá doblemente penetrada y sintiendo que mi cuerpo estallarí­a de lujuria, mis niveles seguí­an subiendo y fue cuando sentí­ un pene en mi boca que entraba profundamente y el cual querí­a yo succionar sin respeto alguno, pero cual seria mi sorpresa al darme cuenta que ese pene era el de Arturo y entonces mi culito era ahora de Alberto que aun que yo no querí­a que nadie mas lo penetrara distinto a Arturo, ya era tarde ya lo tenia muy adentro y la verdad no querí­a que saliera de ahí­.

Solo pensaba en cuando Juana Carlos quisiera también estar en mi culito, claro que yo lo querí­a pero no dejaba de darme susto con esa verga tan grande dentro de mi y pues no tuve que pensar por mucho tiempo al par de minutos ya estábamos cambiando de pose para que Juan Carlos tomara posesión de mi retaguardia excitada que a ese punto ya estaba muy dilatada, y la sensación fue enorme primero sentí­ que una barra incandescente me quemaba, con todo y la dilatación que tenia , me dolió yo ya lo presentí­a, puesto que su equipo era muy grande y sobre todo grueso, siendo el de los otros grandes este los sobrepasaba en todo fácilmente, realmente era una doña verga que se apodero de mi pero después de unos instantes el dolor se volvió gusto mucho gusto y lo disfrute como nunca antes.

A estas alturas de la noche perdí­ la cuenta del sin numero de orgasmos que habí­a sentido solo estaba dedicada a sentir y disfrutar de sus sasiantes vergas, después de mucho sexo en todas las formas, poses y por todo lado era hora de premiarlos así­ que les pedí­ que eyacularan como quisieran ya no era dueña de mi solo de la pasión y ellos muy atentos decidieron simultáneamente descargar toda su leche atorada por horas en mi voluptuosidad.

Arturo se vino en mi boca inundándola y embadurnando mi cara, Alberto en mis grandes pechos quedando cremosos y brillantes al esparcir todo su semen con mis manos, y Juan Carlos en mis nalgas que no puedo negar estaban deseosas de que fueran bañadas con el néctar de su virilidad.

Cansados los 4 decidimos volver a la sala y tomarnos otro trago, allá en medio de una charla de satisfacción por lo vivido le pidieron a Arturo permiso para apuntar mi teléfono privado y poder tenerme ellos también en sus contactos e invitarme por su cuenta a salir, el muy orgullosos por todo y todo se los dio sin consultarme, pero si delante mí­o, igual yo no se los iba a negar, ni el teléfono ni alguna invitación que cualquiera de ellos me hiciese.

Creo que de ahí­ en adelante muchas cosas cambiaron en mi vida y de verdad me volví­ una Putica Culiona, Arturo me pido que fuera su socia en algunos negocios y claro esta compartiéramos de veladas como esta con los futuros clientes a lo cual con gusto accedí­. Alberto cuando viene a la ciudad no deja de llamarme e invitarme salir me volví­ en su dama de compañí­a cada vez que viaja.

Juan Carlos es ahora un muy buen cliente de mí­ empresa, también salimos y pasamos ratos de mucha pasión, y me ha invitado en varias ocasiones a departir momentos como el de aquella noche, con sus amigos o clientes de su compañí­a.

Los tres siempre dicen conocemos a la mejor, ella es, inteligente, culta, buena, linda, disponible y una verdadera ¿Putica Culiona?.

A mi marido finalmente le conté todo y sabe lo que hago, en ocasiones también me pide que lo acompañe con algunas personas a compartir de momentos similares, el dice que a diferencia de ellos no solo conoce a la mejor si no que es su dueño, y yo le digo que si. Me gusta ser la ¿Putica Culiona? le cuento a mi marido casi todo, aunque en ocasiones me guardo algunas aventuras en secreto para alimentar mi morbo.

Y de pronto por que no querido lector, algún dí­a visites mi ciudad en plan de negocios y debas entenderte conmigo?.

Besos Paloma.

Pensamientos d los dos cuando tenemos sexo!

Posted by caseritasal100 on

Es exitante pensar en q en ese momento tan ricoooooo hay una o dos personas esperando para hacer cositas yq vamos a disfrutar.....
En realidad no recuerdo como empezo esto d querer encontrar una mujer o una pareja para compartir nuestro momento mas intimo, es algo tremendament exitant lo disfrutamos juntos y lo deseamos no lo hemos hecho aun xq hasta ahora estamos disfrutando al imaginar como sera y solo morbosiamos con palabras....hechos q al hablar nos hace volver locos......estamos emocionados queremos hacer diabluras, gozar, disfrutar y experimentar cosas nunk vividas, tenemos una relacion estable nos queremos y siempre estamos juntos...el quiere verme haciendo cositas con otra mujer y la verdad a mi me enknta q piense en eso , y yo quiero q halla hombre y mujer para interkmbiar!!!!!!!!!!!!somos una pareja recalentona y buenos amantes todo el tiempo queremos hacernos cosas aychhhhhhh lo q mas me gusta es el morbo en q vivimos , nuestro lema en el amor todo se vale siempre q estemos d acuerdo!!!!!!!!!!!!!!!! el me complace en todo y me tiene matada con eso.................es una ricura tener sexo con mi novio.

Con Clara en el Trastero

Posted by caseritasal100 on

Hola. Me llamo Raul y actualmente tengo 33 años. Lo que les contaré a continuación me ocurrió hace ya 13 años, cuando tenía 20.
En aquella época yo salía con una chica algo menor que yo, de 19 años. Estatura mediana, 1'75 aproximadamente, morena de ojos verdes, delgada y con unos pechos que desde el primer momento me dieron ganas de acariciar, lamer, chupar, adorar. Eran maravillosos, firmes y duritos, con un pezón negro pequeñito. No tenía demasiado trasero, pero tampoco lo necesitaba. No exagero si digo que debía rondar el 90-69-88. En definitiva, una belleza.
Yo entonces era más delgado que ahora, 1'77 de alto, pelo marrón tirando a rubio, sobre todo en veranos, ojos marrón verdoso y ligeramente musculoso, debido al trabajo que tenía entonces en una empresa de envasado de alimentos, que me obligaba a pasarme casi todo el día cargando sacos de 25 ó 50 kilos. Respecto a mi atributo, debo decir que estoy orgulloso de mis 23 centímetros. Además, tienen un grueso que, sin llegar a ser excesivo, si es considerable.
Nuestro principal problema, y que fue el motivo de nuestra ruptura, era que ella vivía a mas de 400 kilómetros de mi, con lo que nos veíamos apenas una vez al mes.
Cuando empezamos a salir sus padres se habían ido de viaje y la dejaron sola en casa. Yo había ido a visitar a unas primas mías, y la conocí porque era amiga suya. El sábado la pedí salir, y el domingo follamos por primera vez, en su casa, pues el lunes me iba a marchar y no sabía cuándo volvería. Desde entonces, follamos a menudo, pero nunca conseguía arrancarla un orgasmo. Ocasionalmente tenía alguno pequeño, pero nunca uno en condiciones, uno que la hiciera estremecerse y gritar de placer, y me frustraba, pues la amaba de corazón. La acariciaba más de 30 minutos, y luego follábamos por otros 30 ó 45 minutos, pero nada. Así pues, empecé a leer libros sobre la materia. En uno leí un método que decía servía para encontrar el punto G de las mujeres, y decidí que no perdía nada por intentarlo.
Ese fin de semana fui a su ciudad y pasamos el resto de la mañana juntos. Conté a Clara lo que había leído y se emocionó bastante, diciendo que estaba deseando probarlo. Volvimos a su casa, los dos muy excitados, pero estaban sus padres y no parecían tener intención de irse, así que nos quedamos con las ganas. Comí en su casa y luego ella se cambió y nos marchamos. Antes de salir le pidió a su madre unas llaves, y nos fuimos.
Bajando por las escaleras me dijo que había cogido las llaves de la antigua carbonera, que usaban como trastero, ya que quería enseñarme unos libros que tenían guardados. Y es que era un fan de la literatura. Entramos en la carbonera y ella entornó la puerta, sin cerrarla, pero quitando la llave. Abrió la caja y sacó unos libros. La mayoría tenían pinta de aburridos, y así se lo dije, pero un par si llamaron mi atención.
Al agacharse a por los libros del fondo de la caja me dejó ver su culito en todo su esplendor, remarcado por sus vaqueros. Decidí que había llegado el momento de poner en práctica lo aprendido. Me levanté y, agarrándola por las caderas, me pegué a su culo, dejando que notara bien mi polla, que ya estaba completamente dura. Ella se levantó y aproveché para llevar mis manos a sus pechos, acariciándolos sobre la ropa mientras lamía su oreja y su cuello. Ella dejó escapar un gemidito.
  • No, para, por favor.
  • Te deseo, aquí, ahora...
  • Pero nos van a oír.
  • Eso no me importa en absoluto, más bien me excita -empecé a notar que sus pezones se ponían duros-. Y parece que no soy el único.
  • No puedo negarlo... Espera...
Se fue a la puerta, pero yo no me separé y seguí acariciándola, caminando detrás de ella. Cerró la puerta y puso el tranco mientras mis manos se deslizaban por debajo de su ropa para acariciar su piel directamente. Tenía las tetas increíblemente duras, con los pezones de puntas, pero lo que más me sorprendió es lo mojado que tenía su coñito, cuando una de mis manos fue a parar a esa zona. Puse la mano como señalaba el libro que leí, con la palma de la mano sobre el clítoris y dos dedos dentro de la vagina con las yemas hacia arriba palpando hasta localizar el punto G, cosa que debí hacer a juzgar por el gemido que escapó de sus labios. Ella se apoyó en la puerta y empezó a gemir cada vez más fuerte, mientras yo seguía con mis toqueteos, y mi mano en sus tetas no paraba de pasar de una a otra. De pronto, su coño se empezó a contraer y soltó un grito de placer corriéndose por primera vez, mientras las piernas le temblaban. Luego se corrió otras dos veces casi seguidas a la anterior, dejando mi mano y sus braguitas completamente empapadas.
Se dio la vuelta y me besó en los labios. Nuestras lenguas se buscaron con ansia, mientras mezclaban nuestras salivas. Le bajé los pantalones y las braguitas, mientras ella se subía el jersey y la camisa y se quitaba el sujetador. Bajé recorriendo su cuerpo con mi lengua hasta sus tetas, mientras mi mano volvía a acariciar su clítoris como antes. Noté que su excitación crecía y bajé recorriendo su vientre con mis labios hasta su coño. Mi lengua empezó a jugar con su clítoris mientras mis dedos seguían hurgando dentro de ella. Sus gemidos iban en aumento hasta que tuvo una nueva serie de tres orgasmos. Ahí descubrí que era multiorgásmica.
Yo ya no podía más. La poya me dolía por estar aprisionada. Me levanté, me bajé los pantalones, la apoyé contra una de las paredes, puse sus piernas en torno a mi cintura y se la empece a meter despacio, sintiendo bien cada centímetro de su caliente coño. Por fin la ensarté entera y empecé a moverme con energía, fuertemente, debido a la excitación. Nuestras lenguas volvieron a juntarse y mis manos acariciaban y apretaban su culo para hacer más profunda la penetración. Sus gemidos no cesaban y hubo un momento en que creí que había tenido una nueva serie de orgasmos, cosa que quedó confirmada al notar sus jugos escurriendo por mi poya y mis huevos hasta mojar un poquito de mi calzoncillo. Ello me animó a seguir, acelerando el ritmo hasta que estallé dentro de ella, sintiendo como su coño se contraía en un nuevo orgasmo.
Decidí que había llegado el momento de intentar si me dejaba penetrarla por su otro agujero. Ella aun era virgen por allí, y yo ansiaba desvirgarlo, pero cuando lo había intentado me decía que la hacía mucho daño y tenía que parar. La puse con la espalda doblada sobre un montón de cajas y la penetré por detrás. Su vagina estaba húmeda y muy caliente, y la notaba como nunca. Un conglomerado de sus jugos y mi semen salía de su coño. Con una mano la empecé a acariciar el clítoris, mientras con la otra cogí parte de esos jugos que se le escurrían y los lleve a su ano, lubricándolo. Primero metí un dedo, despacio, dejando que se acostumbrara, Lo dejé un rato dentro y ella no dijo nada. Pero, cuando metí el segundo y empecé a hacer fuerza para abrirla cada vez más, empezó a sospechar lo que tenía en mente.
  • Por favor, no. Me harás daño... aaaaaggggg.
  • ¿Acaso no te gusta lo que te estoy haciendo, no estás disfrutando con mis dedos en tu culito?
  • Sí, pero...
  • Confía en mi y relájate.
Saqué mi polla de su coño, completamente empapada de sus jugos, y la llevé hasta su culo. Mientras, la mano que había mantenido en su clítoris adoptaba aquella postura que leí en un libro y que tanto placer le daba y, por extensión, también a mi. Clara estaba nerviosa, pero mis caricias hicieron que, poco a poco, se dejara llevar. Apreté un poco y mi polla empezó a deslizarse en su interior. Cuando mi capullo entró en su culo, dejó escapar un gritito, mezcla de dolor y placer. Lentamente, muy lentamente, me deslicé en su interior, hasta metérsela por completo. ¡Qué pasada, lo había conseguido! ¡Por fin poseía ese culito que me volvía loco!
Dejé pasar un par de minutos antes de empezar a moverme lentamente. Mientras, mi mano derecha seguía en su coño y la izquierda la había llevado a sus tetas, pellizcando sus maravillosos pezones. Estaba seguro que, si había alguien por allí, podía oír perfectamente sus gemidos y gritos de placer, y pensar en ello me excitaba todavía más. Aumenté el ritmo del bombeo poco a poco, conforme veía que su culo se adaptaba a mi pene. Mi polla entraba y salía de su recto, provocándole gemidos de placer que se unían a los míos en un coro maravilloso de placer y gusto. Noté un par de veces como su coño se contraía en una nueva serie de orgasmos que le hicieron temblar las piernas. Me recosté sobre ella, buscando sentir su cuerpo pegado al mío.
Ella se levantó, diciéndome que le dolían las piernas. Sin sacarse el miembro de su ano, me sentó en las cajas donde ella había estado apoyada y empezó a cabalgarme con mi pene en su culo. ¡Era una pasada! Su coño se contrajo y sus líquidos escurrieron por mi pene manchando ligeramente la caja donde estaba sentado. Aquello fue demasiado, y aceleré el ritmo moviéndome yo también para acabar corriéndome en su culo, mientras sentía que su coño seguía contrayéndose en nuevos orgasmos.
Tras esto, estuvimos descansando un rato. Mi polla fue perdiendo su fuerza y salió sin problemas de su trasero. Luego, abrazados, repasamos lo que habíamos vivido. Ella se levantó y cogió una toalla que había por allí y comenzó a limpiarse como pudo. Mientras, me contaba que varias veces pensó que podía haber alguien oyéndonos y que eso la excitó aun más. Desde ese día, follamos en varios sitios públicos, hasta el momento que me dejó. Pero guardo un grato recuerdo de aquellas aventuras. Así que, si alguna lectora está interesada, aquí en Castilla y León tienen a un servidor, para lo que gusten.

La piscina

Posted by caseritasal100 on

y al abrir los ojos vi a Juan que con su polla a tope me miraba con una sonrisa, había visto mi primera masturbación y le había gustado, salí avergonzada de la ducha, me cogió por el brazo y me llevó a la cama, se estiró esperando mis caricias pero al acercar la mano a su polla me dijo:

  • Con la mano no, con la boca.
Nunca le había hecho una felación ni tenía mucha idea de hacerlo pero no lo dudé, con más ganas que arte la puse en la boca, algo que hasta aquel día veía como sexo sucio lo estaba haciendo y me gustaba. No sé si por la novedad o por qué no lo hacía tan mal, Juan empezó a gemir y cuando estaba a punto de correrse me avisó, supuse que era para que sacara la boca pero si había llegado a aquel punto no lo haría a medias, le dije sacando un momento la boca:
  • Quiero saborear tu leche
Y volví a ponerla todo dentro, noté fuertes chorros de algo caliente que entraban en mi garganta, tenía un sabor salado, no era tan desagradable como esperaba, Juan no paraba de sacar leche, al final no pude seguir tragando y dejé que se me saliera, cuando acabó saque la boca y con los labios llenos de leche le hice una sonrisa, mi marido estaba satisfecho pero yo quería algo más así que me estiré a su lado con las piernas abiertas y señalando el coño le dije:
  • Cómetelo
No se lo pensó, inmediatamente puso la boca en el coño y empezó a comerlo, poco podía comparar pero me gustaba mucho, yanto que en poco rato me corrí violentamente teniendo la sensación que me estaba meando, cuando acabé sacó la cara y estaba empapada, me sentía mal por no haber podido reprimirle, me dijo:
  • Ya sé que es la eyaculación femenina
Aquello me tranquilizó, era otra cosa que había leído, creía que se trataba de una leyenda urbana pero al parecer yo podía.
Ya no nos separamos, dormimos abrazados toda la noche.
Cuando me desperté por la mañana hice balance de lo que había cambiado todo en solo un día, miré como mi marido dormía feliz, me sentía en el cielo, podía oír que nuestros amigos ya estaban en la piscina, me puse el bañador y salí, habían pedido desayuno para los cuatro, que detalle, pensé. Esperando que Juan se despertara estuvimos bañándonos y tomando el sol, yo con un bañador pudoroso y mi amiga con las tetas al aire, media hora más tarde salió y desayunamos, no teníamos un plan definido así que nos quedamos descansando en la piscina toda la mañana, un momento que nos quedamos solas ya que nuestros maridos estaban en el agua María me dijo:
  • Con lo guapa que eres, por qué te tapas tanto?
  • No sé, dije con ciertas dudas, nunca me he puesto otro tipo de bañador
  • Ya me di cuenta ayer, tienes las tetas y el vientre blancos, estando entre amigos, no te atreves a bajártelo?
Pensé que de no estar entre amigos seguro que con lo que había pasado en 24 horas nos estaríamos bañando desnudos pero le dije:
  • Me da mucha vergüenza, además, no sé si a Juan le gustaría
  • Eso es fácil de saber, se lo preguntamos
  • No seas loca, le dije riendo
Y se acabó aquí la conversación pero lo que no sabía eran sus planes, cuando Juan y José regresaron se tumbaron a nuestro lado, estaba boca arriba, María se incorporó y le dijo a mi marido:
  • No crees que tu mujer es demasiado guapa para tenerla tan tapada?
Y sin decir nada más puso sus dedos en la tira del bañador que rodeaba el cuello y tiró del lazo, la verdad es que no hice nada para evitarlo, miré a Juan que parecía desearlo, María fue bajando lentamente las tiras arrastrando el bañador, mis tetas fueron quedando descubiertas poco a poco, me sentía orgullosa de enseñarlas, no me atrevía a mirra la reacción de José pero sí que me di cuenta la de Juan entre las piernas, mi amiga acabó de bajarlo hasta que quedó convertido en unas simples braguitas, por primera vez otro hombre las veía y no solo no me importaba, me gustaba.
Mi amiga me dijo que me pusiera crema, el sol quemaba mucho y era una zona no acostumbrada, añadió:
  • Y si no lo haces Juan no te las podrá tocar en muchos días
Nos reímos del comentario, al pasar la crema fui consciente que estaba excitando a los dos hombres con mis caricias en las tetas, no hice nada para que así fuera pero tampoco lo evité, me gustaba!
Tardé poco en sentirme cómodo, el que no lo estaba tanto era mi marido, su empalme no cesó, claro que yo también estaba muy caliente.
Nos bañamos sin que me subiera el bañador, andar con las tetas libres me estaba gustando, y cuando José llamó al servicio de bar, no me importó que el camarero me pillara con ellas a la vista.
Se acercaba la hora de comer, decidimos hacerlo en la piscina, María nos dijo:
  • Nosotros nos encargamos, creo que vosotros necesitáis un rato de intimidad
Estaba claro que lo había notado todo y no hacía falta excusas, entramos en la habitación donde mutuamente nos arrancamos la poca ropa y el resto podéis imaginarlo.
Antes de salir fui a ponerme el bañador, Juan me dijo:
  • Por qué no te pones el tanga que te regalaron?
Me parecía atrevido, si bien por delante tapaba bastante, por atrás dejaba todo el culo a la vista pero decidí hacerlo, busqué en la bolsa, lo había dejado donde no molestara pensando que nunca lo usaría, me lo puse, me quedaba muy bien, hice que todos los pelos quedaran en el interior. Cogidos de la mano salimos, al verme con aquella pieza de ropa no se creían mi cambio de actitud, si por la mañana llevaba un bañador de monja, al medio día un simple tanga mucho más atrevido que las braguitas normales de María.
La mesa estaba preparada y nos sentamos, pero antes de empezar María nos dijo que nos esperáramos, entró en su habitación y poco después salió con un tanga diciendo:
  • Es para estar a tu altura.
Nos reímos, lo cierto es que era más pequeño que el mío, además, el suyo no era un bañador si no ropa interior, se notaba claramente por la delgadez de la ropa, seguro que si se mojaba se le trasparentaría todo el coño, y si se le movía se le entraría en los labios y le daría a mi marido una buena vista del coño.
Nos lo pasábamos muy bien, después de comer decidimos "hacer la siesta", eufemismo de follar, y es que oímos perfectamente como gemían en el mismo momento que nosotros follábamos como locos, estaba claro que aquel día sería por lo menos tan intenso como el anterior. Ya más tarde salimos a pasear por los alrededores del hotel, me puse un vestido ancho y cómodo, ella optó por algo parecido pero con una diferencia, pude ver a contraluz que transparentaba bastante y que no llevaba ni bragas ni sujetador.
Cuando regresamos al hotel era para cambiarnos, inmediatamente María se ofreció a dejarme su ropa "y tangas", dijo, así que aprovechando que los hombres se duchaban me fui a su habitación, escogimos la ropa, sabiendo que José estaba en el baño me desnudé completamente y cuando estaba en pelotas se abrió la puerta, me pilló de espaldas, me puse rápidamente el tanga y el vestido, era negro que se agarraba al cuerpo como una segunda piel, el escote parecido al del día anterior pero mucho más ajustado, María le pidió a José su opinión, al girarme vi que estaba desnudo, pude ver su culo, por suerte cogió la toalla antes de girarse, aprobó la elección con grande elogios de mi cuerpo que me ruborizaron, antes de irme María me dijo:
  • Este vestido siempre me lo pongo sin tanga por que se marca mucho, si te atreves te lo sacas
Regresé a la habitación, Juan le gustó mucho el vestido, le conté lo que me había dicho María y su respuesta fue:
  • Seguro que tiene razón, ya ves que haciéndole caso no ha ido muy bien
Nos reímos, me subí el vestido y me saqué el tanga, no pasó ni 10 segundos que llamaron a la puerta, ya estaban preparados, les hice pasar, Juan estaba en calzoncillos y no le importó acabarse de vestir con ellos allí, María se dio cuenta que me había sacado el tanga y me guiñó el ojo
La cena y el posterior baile fueron muy divertidos, ya no me sentía tan cortada y bailé con José más cerca que la noche anterior, de regreso a la habitación fui yo quien les propuse salir a la piscina a tomar algo, aceptaron enseguida, llamamos al servicio de habitaciones y en pocos segundos lo trajeron, cuando más animada estaba la charla, María dijo:
  • Hace una noche perfecta para bañarse denudo
Y sin decir nada más se levantó y se sacó por la cabeza el vestido, a pesar de la poca luz mi marido pudo disfrutar de una perfecta visión de nuestra amiga completamente desnuda, se echó al agua y me dijo que me animara, la verdad es que lo deseaba pero dije:
  • Lo haré si ellos lo hacen
José se desnudó en un abrir y cerrar de ojos, no ocultó que tenía la polla apuntando a las estrellas cuando se bajó los calzoncillos, mi marido empezó a desnudarse pero más despacio, estaba muy cortado pero cuando al fin cayeron los calzoncillos su polla apuntaba al mismo sitio que la de José, María, que no se cortaba, lanzó un grito de admiración.
Me tocaba a mí, así que cogiendo el vestido por abajo me lo fui subiendo entre gritos y silbidos de los tres, cuando acabé lo tiré a lado y me puse desafiante delante de José diciendo:
  • Admira este cuerpo, antes que tu el único hombre que lo había visto era Juan
Todos se rieron de mi decisión, nos lanzamos al agua, con José nos rozamos algunas veces pero siempre de manara involuntaria, de repente ellos dos se pusieron en una esquina y se besaban apasionadamente, María hizo unos movimientos muy claros, acababa de entra la polla de su marido en el coño, empezó a subir y bajar, estaba claro que la follada le gustaba y mucho, Juan tiró de mí hacia otra esquina, no lo dudé, dentro del agua me penetró y empecé a subir y bajar como hacía mi amiga, de vez en cuando nos mirábamos y nos sonreíamos, la primera en correrse fue ella paro tardé poco en seguirla y con gritos por lo menos igual de fuertes que ella.
Me salí de mi marido y cogiéndole de la mano lo llevé a la habitación, quise continuar aquello en privado, y ya lo creo que lo hicimos, otra vez practiqué la comida de polla, Juan la de coño, follamos con el ruido de fondo de nuestros amigos haciendo lo mismo, y además conseguí correrme tres veces!
Y cuando acabamos mi marido se quedó dormido como un tronco y yo sin sueño, decidí salir a la piscina, ya no me molesté en taparme, poco después salió María, José también se había quedado dormido, estuvimos hablando y acabé explicándole todo lo que nos había sucedido aquellos dos días y como habíamos cambiado en pocas horas, quedó muy sorprendida y se alegró mucho de haber sido nuestro motor del cambio.

Con mi mejor amigo

Posted by caseritasal100 on

Hola, primero comenzare con mi presentación, soy valeria de 18 años, soy morena de pelo, y mis tallas son: 95-60-90, he trabajado como modelo para algunas revistas de tiendas de ropa no muy conocidas y esto que os voy a contar es 100% real os lo aseguro.

Todo empezó una tarde de sábado, me aburría en casa y pensé en mi mejor amigo, me dijo que el sábado no iba a hacer nada y fui a verle. El es un chico de 20 años y esta buenísimo! Tiene un culito perfecto y cuando se pone sus vaqueritos preferidos ya esta para comérselo!. Bueno la cuestión... hacia tiempo que yo le notaba raro conmigo, se había vuelto más cariñoso conmigo y me trataba como una princesa, de echo, siempre que me decía algo, por ejemplo si quería tomar algo de beber, me decía:

- ¿Quieres tomar algo mi vida o amor ?

Es tan tierno mi niño... y bueno, fui a su casa, llame al timbre y me abrió su hermano pequeño. Mi amigo estaba en su habitación, salude a su hermano y subí las escaleras para ir a buscarle, estaba sentado en la cama con esos vaqueros que tan bien le sientan y sin camiseta. “Mmmm... que bueno esta!”, pensé y él me dijo:

- Uy! Hola! Iba a pasar a buscarte a tu casa.

Yo le sonreí y me acerque a darle dos besos pero sin querer le di el beso casi en el labio, se quedó un poco extrañado y me sonrió. Yo le devolví la sonrisa, en ese momento su hermano chilló desde el piso de abajo que se iba, que había quedado con sus amigos y que dormiría en casa de uno de ellos, no recuerdo de quien dijo pero tampoco es muy importante saberlo.dani, mi amigo le dijo que se fuera con ese tono de amor entre hermanos... exactamente le dijo:

- Pues vete a mí que me inporta ! Los papás no vuelven hasta el martes.

Sus padres estaban de viaje en Portugal. Yo le dije:

- No le hables así a tu hermano, pobrecillo!.

- Que le den es un pesado.

Me quede mirándole fijamente a sus ojitos con cara de... “Ey va no te pases”, él me sonrió y me dio un pico, yo sin saber que hacer me reí con risita de vergüenza. Dani al percatarse de la situación me acarició la cara y me besó, se estaba cumpliendo mi sueño!! en eso me dijo:

- valeria, a lo mejor me has notado raro últimamente contigo, muy empalagoso y muy cariñoso.

- La verdad es que un poco raro si que te he notado últimamente.

- Es que eres la chica que siempre e querido para mí y bueno...

Sin dejarle terminar le besé, él sabe perfectamente que yo soy virgen, bueno lo era hasta ese día. Me pidió que me quedara a cenar con él, pues íbamos a estar solos y tendríamos toda la noche para nosotros. Yo sin pensármelo dos veces, acepte y llame a mi madre para decirle que me iba de cena y de fiesta toda la noche con unas amigas. Mientras yo hablaba con mi madre él me miraba con ojitos de perrito degollado, en cuanto colgué le empujé flojito para tumbarlo en la cama, me puse encima y le pegue un morreo larguísimo, él hizo intento de quitarme la camiseta que llevaba, me miro y me dijo:

- ¿Puedo?

- Adelante - le conteste

No parábamos de besarnos, yo llevaba un calentón impresionante y el también porque ya estaba empezando a empinársele la poya. Yo sin pensarlo le desabroche el pantalón y metí la mano en sus vaqueros, el se revolcó, de tal manera, que se puso encima de mí yo notaba que empezaba a humedecerme, el también lo noto puesto que empezó a meterme la mano por dentro del tanga que yo llevaba, me quito la falda y termino de quitarse los pantalones, mientras yo cachondísima le quite la camiseta que se había puesto mientras hablábamos de su hermano, en ese momento me dijo:

- ¿Estas segura de que quieres perderla ahora?

No le respondí, simplemente le besé apasionadamente y él me sonrió. Me quito el sujetador y apretó mis pechos, yo gemía y al parecer eso le ponía a mil. Mis pezones parecían piedras de lo duros que estaban. Le baje los boxers y salió su poya enorme y rectísima, él sin pensarlo me arranco el tanga y metió un dedo yo no paraba de gemir y gritar. El me dijo:

- En el momento que no quieras que te haga algo o que pare dilo, no quiero forzarte a hacer algo que no quieres.

- No te preocupes puedes seguir, soñaba con hacerlo contigo.

Al parecer eso le puso más cachondo y bajo suavemente por mi cuerpo y empezó a comerme el coñito yo disfrutaba como nada, gemía y gemía sin parar, era algo realmente impresionante como movía su lengua ardiente por mi coñito mojadísimo. Nuestras respiraciones aumentaban de ritmo, mientras lamía note como metía de nuevo el dedo, luego otro.

- Aaahh... aaahh! Sigue no pares mi vida!.

Al parecer cuando le dije esto, no pudo aguantar mas y me la metió, paro un momento mientras la tenia dentro para comprobar que yo iba bien.

- ¿Sigo?

- Adelante - le respondí.

Los dos gemíamos como locos, al ratito, saco su poya y me dijo:

- Voy a correrme, ¿Me dejas hacerlo entre tus tetas?.

- No tienes que pedir permiso... adelante.

Se pajeo un ratito entre mis tetas hasta correrse, su leche estaba ardiente como mis flujos, sin pensármelo dos veces le agarre la poya y me la metí en la boca mientras él me tocaba el culo y él sin esperarlo me metió un dedito en el culo, supongo que seria para ir abriendo camino para follarme luego por detrás. Mmmm... que delicia su poya, se me corrió en la boca y me dijo que no tragara. Luego me cogió de la cintura, me dio la vuelta y me puso a cuatro patas, yo sabia perfectamente lo que iba a hacer, no sabia si decirle que no lo hiciese o simplemente dejarme y disfrutar, había tenido ya dos orgasmos y pensé que uno mas no me aria mal. El la metió despacito porque se dio cuanta de que no estaba muy segura de querer hacerlo. La metió... puufff me dolió bastante y chillé el paro y la dejo dentro me miró y me dijo:

- Perdona princesa, ¿Estas bien? ¿Quieres que pare?.

- No tranquilo, solo es que me a dolido un poco pero sigue.

El siguió despacito y al ver que mis gritos ya no eran de dolor si no del placer que sentía aumento el ritmo de los movimientos eso si que era vida. Se corrió dentro de mi culito, luego la saco y se tumbo a mi lado, los dos quedamos tumbados boca arriba desnuditos y cansados. Gire mi cara y le miré, él me devolvió la mirada me besó y me pregunto si íbamos a seguir, yo sin decir ni palabra, solo con el gesto del si le respondí, me folló durante toda la noche, probamos mil y una posturas y disfrute como nunca lo había echo, cuando terminamos quedamos dormidos abrazados.

A partir de entonces mantenemos una relación seria como novios y lo hacemos montones de veces.

piso provisional

Posted by caseritasal100 on

Era martes y llovía. Me llamaron para trabajar en otra ciudad y se requería incorporación inmediata así que llamé a una amiga que me buscó alojamiento para esas primeras noches en el piso que compartía ella antes de mudarse con su chico. Hice las maletas y me dirigí allí.
Después de la entrevista, que fue tan sólo un mero trámite, pasé por la nueva casa de mi amiga para recoger las llaves. Fue muy amable y me explicó que había hablado con mi compañero de piso y que no le importaba que pasara allí unos días ya que su exhabitación estaba todavía vacía. También me comentó que trabajaba hasta tarde y madrugaba mucho así que no lo vería demasiado.
Al llegar a mi nueva casa, hice un pequeño recorrido y me instalé en mi dormitorio. Bajé por unas compras y como aún era pronto para prepararme la cena, deambulé por la casa familiarizándome con mi nuevo entorno y me detuve delante de la puerta cerrada de la habitación de mi compañero. Sentía curiosidad por saber cómo era, ya que la casa parecía deshabitada: todo estaba en orden en la cocina y el baño, cada cosa en su cajón, ninguna señal de que allí viviera alguien. Me detuve en silencio a escuchar, esperé unos segundos con la mano sobre el picaporte y abrí la puerta.
Era una habitación mediana, con las paredes blancas y tan ordenada como el resto de la casa: la cama perfectamente hecha, la silla junto a un recogido escritorio, los zapatos ordenados...Tan sólo me llamó la atención un jersey azul extendido a los pies de la cama.
Me senté en la cama y lo cogí. No era muy grande y olía a perfume...Aspiré y cerré los ojos...Permanecí unos minutos más en la habitación.
Preparé la cena y después me recosté en el sofá a leer. Perdí la noción del tiempo cuando me pareció oír a alguien en el pasillo. Supuse que se trataba de él:
-¿Hola?
Escuché sus pasos acercándose al salón. De repente, apareció en la puerta. Era un poco más joven que yo, quizás unos 21 o 22 años. Castaño, de mediana altura. Llevaba unos vaqueros y una camiseta corta que dejaba ver sus espectaculares brazos de gimnasio. Por un instante y de forma involuntaria retuve la respiración.
-Hola, soy Pablo, debes ser Laura.
Me levanté y nos saludamos con dos besos. Recuperé el habla y me presenté. Intercambiamos algunas frases por cortesía y desapareció en la cocina, se preparó la cena y se encerró en su habitación. Así fueron las cosas durante los siguientes 3 o 4 días, a penas lo veía, enredada yo en mi trabajo y él en sus múltiples ocupaciones. Pero el sábado algo cambió. Ambos cenamos en casa y aproveché para comunicarle que por fin había encontrado un apartamento y que en un par de días me mudaría.
-Ha sido un placer tenerte de compañera, si alguna vez necesitas quedarte un par de noches sólo pásate por aquí.
Había quedado para tomar unas copas con mi amiga así que me arreglé y me marché. Volví a casa ya de madrugada, agotada y me metí en la cama sin tan siquiera desvestirme, pero, sin embargo, no conseguía conciliar el sueño. Me levanté y decidí darme un baño relajante.
Después, me encontraba mucho más tranquila. Me enrrollé en una toalla ya que me había desvestido en mi dormitorio y dado que eran casi las 6 de la mañana no me había molestado en coger ropa.
Al abrir la puerta del baño noté una olor que me resultaba vagamente familiar...Crucé el pasillo semioscuro, ya que con la luz que permanecía encendida en mi habitación era suficiente y delante de la habitación de Pablo noté una ligera corriente de aire que sobre mi piel húmeda produjo un escalofrío. Me giré de forma instintiva y me detuve delante de su puerta extrañamente entreabierta.
Escuché su respiración al otro lado de la puerta. Parecía muy cercana. Cuando sigilosamente me dirigía ha coger el picaporte, la puerta se abrió del todo y me encontré cara a cara con Pablo.
Cuando me recuperé de sobresalto le miré sorprendida, aún más al hallar su mirada muy extraña. Se acercó más a mi y rodeándome con sus brazos me besó. Comprendí que era deseo lo que había en su mirada.
Devolví el beso torpemente sin acabar de asimilar lo que estaba sucediendo. Su abrazo fue cerrándose fuertemente alrededor mío y note su lengua cálida entreabrirme los labios para introducirse en mi boca y juguetear dulcemente. La corriente de aire en la puerta hizo que mi vello se erizara y experimente un ligero escalofrío. Apartó su boca de la mía y tiró de mi sin dejar de abrazarme adentro del dormitorio. Cerró la puerta.
Me soltó suavemente e instintivamente me eché hacia atrás, tan sólo unos centímetros, hasta quedar apoyada en la puerta. Nos miramos a los ojos.
-¿Mejor así?-preguntó.
Asentí en silencio. Todavía estaba paralizada por lo inesperado de la situación. Él, en cmabio, volvió a acercarse acariciando mi mejilla con el dorso de su mano. Poco a poco fui calmándome y acerqué mi mano a él. La posé en su espalda y fui subiendo hasta su nuca. Le empujé lentamente hasta que nuestras bocas se juntaron y lo besé. En unos segundos, ese beso tan suave fue volviéndose apasionado y él cruzó los brazos en mi espalda y me atrajó hacia sí levantándome un poco del suelo. Nuestras lenguas luchaban salvajemente por adentrarse en la boca del otro.
Me gustaba su olor; ese perfume me estaba volviendo loca. Aspiré fuertemente en su cuello y lo mordí inesperadamente. Su cuerpo de estremeció de placer. Me aparte sorprendida de mi misma y me miró con una sonrisa. Se sentó en el borde de la cama.Acarició mi pecho por encima de la toalla y poco a poco, mirándome a los ojos, fue desenganchándola y la dejó caer.
Recorrió todo mi cuerpo con la mirada mientras yo esperaba pacientemente su aprobación. Cuando sus ojos se encontraron de nuevo con los míos sonrió.
-Eres preciosa...y hueles muy bien...
Acercó su rostro a mi cuerpo y me besó el ombligó. Su respiración me hacia sentir cosquillas. Le quité la camiseta y pusé mis manos en sus hombros. Abrí las piernas y me senté a horcajadas sobre él. Estaba absolutamente desnuda, pero ya no me importaba. Su torso desnudo me excitaba.
Lo empujé hacia atrás y me acosté rozando deliberadamente mis pezones sobre su pecho y metí mi lengua en su boca unos instantes. Suavemente desplace mi coño sobre su pene erecto. Sólo el fino pantalón del pijama separaba nuestros cuerpos, y con la mano deslicé hacia aajo su pantalón confirmando mis sospechas: no llevaba ropa interior.
Su polla liberada del pantalón me pareció enorme. Volví de nuevo a mis jueguecitos masturbándome con su polla. Me apartó a un lado y me introdujo un dedo con facilidad. Estaba muy húmeda y apenas lo notaba así que con urgencia le pedí que metiera otro. Lo hizo mientras mordía sin miramentos uno de mis pezones. Se me escapó un gemido de placer. Apreté su cabeza contra mi pecho; quería meterlo entero dentro de su boca.
A tientas agarré su polla y comence a masturbarle con rapidez esperando que así él disminuyera la intensidad de las embestidas de sus dedos, pero provocó el efecto contrario y en pocos segundos gocé de un intenso e inesperado orgasmo.
Los espasmos de mi útero apenas se habían detenido cuando poniéndose encima mío me introdujo su miembro. No tuve tiempo de quejarme. Estaba follándome desesperadamente. Notar su polla tan adentro y el roce de su cuerpo en mi clitorís, sumado excitación de notar su semen derramarse dentro de mí provocaron un nuevo estallido de mi cuerpo.
Se desplomó dejando su peso muerto sobre mí y apoyando su cabeza entre mis pechos.
Lentamente fuimos recuperando el aliento y levantó su rotro mirándome a los ojos. Esperaba una sonrisa de satisfacción, pero lo que encontré me resultó todavía más atrayente: deseo.
Cogiéndole la cabeza lo besé de nuevo en la boca y bajé mis manos apretando su espalda. Se apartó a un lado y empezó a acariciar también mi espalda. Poco a poco llegó hasta mi culo y apretó sus dedos agarrándome el clítoris. Notaba toda su mano apretada en mi coño y mi culo. Empezó a moverla mastubándome enérgicamente.Deseé su polla de nuevo y la agarré de la base con mi mano. Me desprendí de él y bajé. Me la metí en la boca sin prisas y lamiéndola desde la base hasta la punta con mi lengua. Me excitaba enormemente notarla endurecerse en mi boca. Le gustaba. Su mano bajó hasta mi cabeza y me apretó con fuerza.
-Ven aquí, quiero volver a follarte.
Me eché a su lado.
-No, ponte a cuatro patas.
Lo hice junto a su cara, mostrándole con descaro mis orificios. Acercó su cara y me chupo con descaro.
Se incorporó y se puso de rodillas tras de mi. Puso la polla en mi coño, me agarró de las caderas y me apretó clavándomela con todas sus fuerzas. Se inclinó y agarró mis pechos con una mano. Su polla entraba y salía fácilmente y con sus manos pellizcando mis pezones me corrí con un sonoro gemido. Noté su semen chorrar alrededor de mi coño...
Me dejé caer y permanecimos unos minutos acostados de espaldas, él sobre mi.
Me quedé dormida. Cuando desperté, él no estaba y escuché el sonido de la ducha. Me dirigí allí completamente desnuda y lo que ocurrió...eso ya es otra historia.

Aunque parezca extraño

Posted by caseritasal100 on

Tan solo te escribo para decirte que a mi me ha pasado lo mismo con mi novia.
La única diferencia es que en realidad a mi si me ha culiado, y aunque no lo creas es una sensación realmente extraña. Aclaro por cualquier cosa que a mi no me gustan los hombres, sin embargo desde que compramos un cinturón con una "verga" hemos hecho cosas increíbles. Debo decir que este aparato lo compre yo en un sex-shop de USA, porque en la ciudad donde vivimos no hay ninguna. Vivimos en una zona de playas de México, y aunque todo mundo es muy cachondo pues no hemos descubierto ninguna de estas tiendas.
Primero lo probamos en ella porque no tiene caso que mienta. Mi pene no es tan grande como es que mínimo tiene 25 cms. Siempre he fantaseado en ver como se cogen a la caliente de mi novia con una verga bien grande, así que empezamos yo poniéndome el cinturón con la verga y me la cogía como si fuera mía; aunque parezca mentira era excitante ver que ella se comía todo ese pedazo, cuando se tenia que sentar ella solita encima le costaba un poco de trabajo, sin embargo cuando me la cogía de a perrito solo gritaba como loquita que me la cogiera mas fuerte.
Ya antes ella y yo habíamos probado algo de bisexualidad en mi cuando un día me metió una vela en mi culo. Sentía que la verga se me paraba mas y se ponía mas gruesa, y aparte es una sensación increíble sentir un objeto en tu culo.
Hace ya como 6 meses que un día me dijo que ahora teníamos que cambiar los papeles, así que me acostó boca abajo y me dio unas fuertes nalgadas, sentí un dolor ardiente pero me empecé a calentar como una puta. Me dijo que me quedara así mientras ella se "arreglaba". Yo sabia que era lo que iba a hacer, así que aun contra mi voluntad mi pija se empezó a parar y a lubricar de manera increíble.
Cuando regreso a la cama me dijo que me volteara y sin que pudiera hacer nada mas me agarro de la nuca y me metió su "pene" en la boca, empezando casi de inmediato a bombearme..... Yo no sabia que hacer, por una parte mi mente decía que estaba haciendo una mamada cuando en realidad era a mi quien me la deberían hacer, y por otra parte no podía dejar de sentir el gozo de una pija en mi boca, grande y con muchos nervios; yo creo que ella se dio cuenta de que me tenia a su merced, porque la saco de mi boca y la acerco a mi pene, el de verdad, que por cierto manaba muchos jugos. Lo embarro un poco y me la volvió a meter de un solo golpe. Ahí estaba yo, como una puta mamandole su pito que ahora tenia hasta un poco de lechita. La verdad eso me puso mas a mil todavía. Yo solo levantaba mi vista para verle los ojos mientras no dejaba de mamar, pasando mi lengua por todos lados, imaginándome que eso que recorría mi lengua era un pene de verdad. Los ojos de ella estaban entrecerrados, me imagino que igual que los pongo yo cuando es a mi al que le toca que me la chupen. Por fin después de tenerme chupandosela un rato me obligo a voltearme, y a ponerme "de a perrito". De hecho sus palabras fueron:
- voltéate putito que ahora si veras lo rico que es que te cojan de a perrito.....
Yo le dije que no, que seguro me dolería muchísimo porque ya antes me había metido algo, pero nunca una cosa tan grande y tan gruesa. Su único comentario fue darme una muy fuerte nalgada y decirme que me callara...... La verdad es que deseaba que lo hiciera, pero al decirle que no y ella obligarme sentía mas excitación; era casi como si ella me estuviera violando.
Solo sentí como con una mano me empezaba a acariciar el culo y me abría con la otra mis nalgas. sentí algo calientito correr por entre ellas hasta llegar a mi ojete. Supuse que era aceite, lo cual a decir verdad agradecí porque no me imaginaba poder aguantar ese pedazo de plástico en mi culo sin ningún lubricante por mucho que lo quisiera.
Ella estaba como desconocida, me daba de nalgadas diciéndome:
- que rico culo tienes, tus nalgas están duritas y ahorita veras que rico es tener adentro una verga..... empezó a darme golpecitos en las nalgas con su pedazo, y eso solo hacia que yo me excitara mas, me lo pasaba por entre las nalgas pero sin ponerlo en mi culo.
Llego el momento en que ese movimiento me tenia como loco, y empecé a suplicarle que me la metería, que me cogiera con su vergaNo espero mas, me dijo
- ok, ponte suavecito porque te la quiero meter toda (hasta su voz era distinta).
Me la empezó a empujar y yo solo sentía como mi culo se abría, doliéndome de verdad..... por suerte como yo también ya me la he cogido por ahí sabe que duele, así que se detuvo y su actitud cambio. Me dijo que yo solito me moviera, que ella se quedaría quietecita, que yo podía meterme lo que yo quisiera.
Me quede quieto unos momentos mientras mi culo se acostumbraba a tener ese objeto grueso dentro de el. En esos momentos el largo no era importante así que no me preocupe por ello.
después de unos momentos me di cuenta que yo mismo me estaba agarrando mi verga y me estaba haciendo una chaqueta riquísima. Ella se dio cuenta también y me empezó a empujar su pene un poco mas. Ahí ya ni me queje, de hecho llego el momento en que solito me empecé a echar para atrás igual que como ella le hacia. Ya quería tener mas de eso dentro de mi. Pero todo tiene un limite y el mío también llego. Ella me siguió bombeando pero sin pasar de ese punto, que suponía no era mas que la puntita porque vaya que si dolía pero nunca creí que pudiera meterme mas.
- voltéate mi putito que ahora tu solito te las vas a clavar....dicho esto se acostó boca arriba y con una mano se agarro la pija postiza, quedando parada en sus 25 cms. Yo como estaba y sin pensarlo le dije que si, y me acerque de cuclillas acercando mi culo a ella.
Me empecé a sentar y creí que me rompía, era demasiado grande pero aun así sentí como se abrió mi culo cuando entro la cabeza. Yo en todo este trance no había dejado de masturbarme así que cuando sentí como me llenaba el culo y me di cuenta que era como si mi novia fuera la que me cogía me vine, echando leche como pocas veces. Al estar yo sentado encima de ella la lechita le llego a sus tetas, y hasta su boca que la tenia abierta y lógico que se trago un poco. después de eso me baje de su pene, ella se acerco melosa y me dio un chupete en mi pene, terminando de limpiarlo.
Y con una voz sensual me dijo:
- Ya eres mi putito y después de habértela metido se que lo seguiré haciendo.
Le pregunte cuanto realmente me había metido y me dijo mientras me seguí acariciando la verga que cuando me senté en ella me la había tragado toda......... Creo que eso fue un detonante porque el sentir su lengua en mi pene y oírla decir eso logro que me viniera otra vez, cosa que ella aprovecho para volver a acercar su lengua y esta vez si recibir todo mi leche en su boca.
Esa fue la primera vez, y aunque no lo hemos hecho muchas mas si te puedo asegurar que lo he disfrutado.
Se que a muchas mujeres les parecerá extraño, pero les aseguro que si lo hacen con cuidado, y en el momento indicado su hombre se los agradecerá. A mi me fascina mi novia, me excitan sobre manera las mujeres, no tengo nada contra nadie pero no me gustan los hombres. Y se que por ahí habrá mas de alguna a la que le gustaría hacerlo así con su chico?.

saludos

Mis primeras experiencias bisex 1

Posted by caseritasal100 on

Les voy a contar lo que me sucedió, tendría yo alrededor de 18 años de edad, ya había tenido algunas experiencias fuertes sexuales, pero resulta que me hice novia de un chico que su lema era: AMPLIO CRITERIO.
Pues resulta que lo conocí y al principio al ir a la cama todo fue maravilloso hacíamos de todo, sexo oral, anal eyaculaciones en mis senos y en mi boca, después de un tiempo empezamos a utilizar objetos, le gustaba meterme cosas en mis hoyitos, entonces íbamos de compra al supermercado y comprábamos desde frutas hasta grandes verduras, a el al principio le gustaba introducirme uvas y cerezas en la vagina y mientras lo hacíamos nos las comíamos, así que yo pase por todo el departamento de verduras, desde zanahorias, apio, hasta unos tremendos pepinos, a el le gustaba meterme de todo, pero le gustaba mas que yo le diera el espectáculo, una vez me hizo introducirme un pepino en la vagina y una zanahoria en el ano, como se le hice como una película o un show lo puso de a cien, después de acabar de introducirme, el se puso enfrente de mi saco su pene y me lo metió en la boca, y en tan solo unos minutos empezó a eyacular y yo por mi parte a comerme todo el semen que su gran pene escupía dentro de mi boca.
Después de un tiempo, el a veces se manifestaba desinteresado por tener sexo conmigo, y yo le pregunte por que él me dijo que quería probar diferentes cosas, entonces, él me dijo que le gustaría entrar a la practica de tríos, a lo cual yo le dije que si a él le gustaba yo lo complacería en todo, así fue que todo comenzó, y me dijo que el me avisaría cuando íbamos a empezar, para después cambiar de parecer y quiso hacerlo como una sorpresa.
Una noche que fuimos al cine, a ver una película porno, la cual estuvo buena ya que dentro del cine él me masturbo y yo le masturbe hasta que termino la película, y los dos estábamos súper excitados, después que salimos de la película nos fuimos a pasear y él me dijo que si íbamos a su departamento, a lo cual como siempre yo respondí que si, al entrar a su departamento yo no me aguante mas le saque su pene y me lo metí inmediatamente a la boca, tenia unas ganas de mamarsela tremendas, pero después de un instante sonó el timbre de su departamento y cual fue mi sorpresa al ver a una muchacha morena de un cuerpo tremendo entrando al departamento de el, el me la presento y después de platicar un rato el dijo, pues que les parece si empezamos, y yo le dije a que, entonces yo que estaba sentada vi que la muchacha se dirigía hacia mi y de manera espontánea me dio un beso en la boca, al principio sentí raro, pero después de un momento nuestras lenguas ya estaban jugando la una a la otra, mientras que mi novio me empezaba a quitar el vestido, para después quitárselo a ella.
De momento nuestros senos desnudos se tallaban unos a otros en una sensación increíble, pero lo mejor fue cuando nos despojamos de nuestras tangas y nuestras vulvas se empezaron a tallar, fue una fricción tremenda, yo estaba mojada y ella también, fue una cosa increíble, después ella me abrió de piernas y puso su cabeza entre ellas, me tomo de los muslos y con una habilidad tremenda me separo mis labios vaginales con sus dedos, quedando yo expuesta toda a ella, y se veía claramente mi clítoris hinchado, entonces sin dejar de estirar mis labios vaginales acerco su cara, primeramente me olio y me dijo que tenia un olor agradable y se sonrió, después de estarme ella explorando como quiso, saco su lengua y la deposito en mi clítoris, ella movía su lengua con una rapidez descomunal, lo hacia como nunca me lo habían hecho, yo la miraba solo a ella hasta que de repente en una de mis mejillas sentí la tranca de mi novio, no hice mas que girar tantito mi cara la vi y no pude controlarme de un solo bocado me la trague toda hasta el fondo de mi garganta, mientras ella me seguía mamando.
De repente mi novio saco su pene de mi boca, me molesto un poco por que yo quería mas, entonces se puso atrás de su invitada y de manera brusca se la metió, cuando hizo esto, ello dio un suspiro sobre mi vagina y con sus labios me la apretó formidablemente, a mi lado tenia un espejo de pared en el cual yo veía cada movimiento, y esto me mantenía cada vez mas excitada, ya que veía la tranca de mi novio desaparecer entre las monumentales nalgas de esa morena tremenda.
Luego de un rato de estar disfrutando esa mamada fenomenal que me hacia la morena, yo me pellizcaba mis pezones, y me los humedecía con mi saliva, entonces mi novio dijo cambiemos de posiciones, entonces me dijo que a mi me tocaba en medio, yo nunca había mamado una concha le dije y ella me contesto que no era difícil y que lo intentara, entonces yo me puse en cuatro y apenas me estaba acomodando cuando mi novio yo me había penetrado, entonces la morena se puso frente a mi y abrió sus descomunales piernas y vi su coño, todo rasurado sin ningún pelo que obstaculizara mi vista, ella con sus dedos se abrió sus labios vaginales esto para mi fue como una invitación, baje mi cabeza y la olí como ella la había hecho conmigo, entonces su olor me incito y con mi boca tome su clítoris y se lo empecé a chupar, mientras que mi novio me daba desde atrás, le pase lengua por todos lados de su vagina, se la introduje en su vagina y finalmente le lamí su ano, para posteriormente meterle dos de mis deditos en su ano, después de esto ella tuvo un orgasmo tremendo, mientras lo tenia le iba sacando poco a poco mis dedos de su ano para que disfrutara mejor su orgasmo, después me recosté sobre de ella y mi novio seguía bombeándome tremendamente, ella bajo una de sus manos hasta que alcanzo mi clítoris y tallándomelo mientras la tranca de mi novio la tenia adentro tuve un orgasmos tremendo.
Mi novio que estaba a punto de venirse me dijo que quería echármelos en la boca yo le dije que y rápidamente me di la vuelta y de sorpresa empezó a batirme de semen la cara, yo abrí mi boca y un par de chorros me tocaron los cuales me los comí, después de terminar de eyacular yo tenia semen en todo mi cara, la morena se acerco y con su boca y lengua me limpio de semen y después nos dimos un tremendo beso, intercambiando nuestra saliva llena de semen entre nuestras bocas.
La verdad me encanto estar con ella ya posteriormente tuve varias relaciones lesbianas, súper intensas y calientes, pero eso es otra historia que se las contare después.
Les mando muchos besos a todos.
Mary Carmen.

Mi hermano, mi mayor pecado.

Posted by caseritasal100 on

Hola chicos, me llamo Camila, soy una chica colombiana de 19 años. Este es mi segundo relato. Es 100% real y me sucedió hace apenas unas cuantas semanas. Quise confesarles esta experiencia porque esto no es algo que se habla ni con los amigos, y busco en el relato una especie de desahogo pues es algo bastante tremendo.
Mi hermano y yo nos tenemos una confianza grandísima y aunque a muchas amigas se les hacia extraño mi cercanía con él la verdad es que nunca habíamos pensado o imaginado que tanta confianza nos pondría en la situación que ahora estamos viviendo.
El es mayor que yo. Tiene 23 años y no es porque sea su hermana pero es un chico muy apuesto tanto así que son muchas las chicas que andan detrás de él. Pero el es muy selectivo en cuanto a sus conquistas, nos contamos todo. Muchas veces nos hemos vistos semidesnudos y muchas veces he podido ver su pene y el mi trasero y mis tetas. Aunque imagino que mi sexo también ha tenido la oportunidad de verlo. Dormimos en la misma habitación y no es porque no hayan más dormitorios sino porque nos dormimos contándonos nuestras cosas y muchas otras bobadas. Pero a pesar de todo esto jamás en la vida llegué a tener algún pensamiento con él.
Yo hace algún tiempo fui modelo juvenil y me encanta tomarme fotografías y mi hermano es fotógrafo, o por lo menos eso es lo que él quiere dedicarse profesionalmente así que siempre nos ayudamos mutuamente en ese aspecto.
Mis amigas siempre me decían que tanta confianza con mi hermano iba a terminar en algo incestuoso pero yo jamás le hice caso a sus palabras proféticas. Y es que no teníamos otros ojos para vernos entre los dos. Es más el muchas veces me había tomado fotografías semidesnuda y alguna que otra vez estando yo ebria me deje fotografiar desnuda por él. Pero entre risas y burlas no pasaba mas nada. Hasta que una vez tanta confianza iba a terminar por jugarnos una mala pasada.
Estaba yo en mi cuarto en una facha casera normal. Estaba recién levantada así que llevaba puesto mi cacheterito negro y una especie de baby doll aunque no lo es en el sentido estricto de la palabra
Estaba chateando con una amiga la cual me contaba su faena de la noche anterior lo cual me hizo excitar. Ella que es bien putona me decía todo con pelos y señales a sabiendas que eso me ponía a mil a mi también. No podía resistir tanta excitación por lo que me empecé a masturbar. Mis dedos se abrían paso en mi chuchita increíblemente húmeda. Uno que otro gemido se me escapaba, saque mis senos de la blusita dejándolos al aire libre. Mis pezones estaban durísimos. Me los pellizcaba mientras con la otra mano jugaba con mi sexo. Cuando de repente veo a mi hermano parado en la puerta de la habitación con la verga en la mano mirándome.
  • Que haces ahí?
  • Viéndote hermanita. Necesitas ayuda?
Era tanta las ganas de sentir un hombre que no me importo que fuera mi propio hermano.
  • No te quedes ahí parado ven y fóllame.
Estaba perdida de la excitación. Mi hermano estaba igual, parecía que su glande estallaría. Estaba rojo como una manzana. Pero lo que más me sorprendía era el tamaño. Era inmensa.
Me tomo de los hombros haciéndome arrodillar. Sabiendo sus intenciones le agarro su enorme pene por la base y con mi lengua empiezo a lamerlo de raíz hasta la cabeza.
Luego lo tome firmemente metiéndolo en mi boca la cual estaba hecha aguas. Con mi otra mano seguía frotando mi chucha. El acariciaba mi cabello y me decía.
  • Esto es una locura cami.
  • Lo sé mi amor. Pero no pensemos en eso.
Las palabras sobraban, no quería hablar. Después de algunos segundo me levante y acostándome en la cama le dije.
  • Hermanito quiero que me comas.
  • Claro hermanita. Prepárate para sentir mi verga.
Abriéndome las piernas lo suficiente se monta encima de mi para poquito a poco meterme su enorme verga. Lo miraba a los ojos y no podía dejar de ver en su mirada preocupación por lo que hacíamos.
Lo bese y le dije que no tenia porque preocuparse por nada. Éramos un hombre y una mujer hambrientos de sexo y que nadie tendría que saberlo jamás.
Empezó las embestidas. Wow. Más demoro él en acomodarse sobre mí que yo en tener un orgasmo súper agresivo. Solté un chorro de mis jugos casi como cuando un hombre eyacula. Fue tremendo. Su estomago estaba empapado al igual que casi todo su pecho. Pero el apenas se detuvo en las embestidas. Me separo las manos de mi cuerpo y estirándome por completo en la cama se acostó sobre mi dándome un beso que me hizo temblar. Solamente movía su parte pélvica mientras nos acompañábamos por unos gemidos súper intensos.
Cuando se venía me lo hizo saber.
  • Hermanita me vengo.
  • No importa dale que yo me cuido.
A penas termine de decírselo cuando siento que me vagina se inunda de un espeso y caliente semen. Me miraba y sonreíamos al compas de cada movimiento de él.
Después de el esfuerzo se separo de mí y me dijo que habíamos hecho algo terrible.
  • No te preocupes hermano, me ha encantado y sé que a ti también. Y no quiero que esta sea la última vez. Quiero que me sigas cogiendo.
Le agarro su pene ya caído y empiezo a lamerlo, cuando lo tenía entre mis manos pude sentir como nuevamente empezaba a crecer, cuando estuvo erecto a plenitud me monte sobre él.
Con mi mano derecha lo acomodaba entre mis labios vaginales mientras que con la mano izquierda le acariciaba su rostro. Cuando ya me pude sentar sobre su verga y empezó a entrarme puse mis dos manos sobre su pecho y empecé a cabalgar, sus manos en mis senos se desplazaban a su antojo. Esa posición me gustaba mucho y nuestras miradas se cruzaban y solamente podíamos sonreír ante tanto placer. Subía y bajaba mientras el inmóvil solo me acariciaba mis pechos. Pero me canse pronto así que le pedí que cambiáramos la pose. El enseguida me puso en 4 sobre la cama y colocándose detrás de mí me dio a pensar que quería cogerme por el culo. Pero no fue así. Tomándome por las caderas me halaba hacia él y me la corría por la vagina. Sentía como entraba y salía esa enorme verga de mi sexo con un ritmo infernal, haciéndome correr nuevamente, esta vez el me acerco su boca a mi chucha y comenzó a chupármela haciéndome ver estrellas, dios estaba flotando. Era el mejor sexo oral de mi vida y si que sabia como hacerlo. Luego de un rato volvió a poner su pene en la entrada de mi chucha y tomándome nuevamente por la cintura me halo hacia él y comenzó a penetrarme. Luego me metió uno de sus dedos en mi culito haciéndome brincar.
  • Hermanita quieres que te la meta por tu culito rico.
  • Si hermano cógeme a tu gusto.
  • Wow sí que me sorprendes.
  • Si hermanito pero no me preguntes nada solo hazme lo que se te antoje.
Y es que cuando estoy cogiendo no me gusta que me preguntes si pueden hacer cosas, solo que hagan lo que se les antoje. Me la saco de la chucha y empezó a meterla por mi culo. Se sorprendió que entrara tan fácilmente.
  • Wow si lo tienes súper abierto.
  • Un poquito.
  • Te gusta que te den por detrás?
  • Toda la vida.
Mi hermano no podía creer que su hermanita fuera tan zorrita, pero yo tampoco podía creer que tuviera tanta resistencia. Era por mucho el hombre que más tiempo había durado follándome sin venirse por segunda vez.
Al rato cambiamos la pose. Los dos de pie, me levanta la pierna hasta el cabezote de la cama dejándole una hermosa vista de mi culo el cual no dudo en seguir penetrando. Me abrazaba por detrás y me sobaba las tetas mientras me besaba por el cuello con ternura pero con mucha pasión.
de repente el sonido de mi celular nos hace parar. Dios era mi madre la que llamaba.
  • Alo mami?
  • Hola nena como estas que haces?
  • Nada mami aquí viendo la tele con mi hermano
  • Nena si llama tu papa le dices que no pude encontrar lo que me pidió?
Mientras hablaba con mi mami mi hermano se hacia una paja tremenda ante mis ojos.
Hablar con mi madre lo había puesto a mil y a mí también.
  • Mami espérame un tantito.
Tape la bocina del teléfono y le dije a mi hermano que se sentara sobre la cama.
El muy obediente se sentó y luego yo de manera perversa me senté sobre su pene. Era algo que siempre había querido hacer. Coger mientras mi madre hablaba conmigo por celular. Pero jamás pensé que sería con mi hermano que podría hacerlo.
Empezaba a subir y bajar sobre ese trozo de carne increíblemente duro y caliente mientras continué con la llamada.
  • Ya mami, decías?
  • Nena le dices a tu papa que lo que pidió llega en una semana.
  • Ok mami yo le digo?
Era increíble la sensación, mi hermano solo sonreía ante mi hazaña, me levante y de frente con él me monte en su verga. Lo miraba mientras le hablaba a mi madre.
  • Quieres hablar con mi hermano?
  • Si ponlo al teléfono porfa.
Le puse el teléfono a mi hermano mientras me acomodaba para hacerlo una mamada monumental.
El trataba de hablar pero casi no podía hacerlo. La situación lo puso tan a punto que me lleno la boca de semen. Trataba de contener los gemidos mientras hablaba. Era súper chistoso pero increíblemente excitante para ambos. Cuando corto la llamada solo pudimos reírnos como locos.
Continuamos la mañana con mucho sexo hasta que ya no podíamos más por el cansancio.
Nos acostamos abrazados hablando de lo que había ocurrido.
A partir de ese momento nuestras vidas cambiaron para siempre. No pasa un día en que no tengamos un encuentro. Y cada vez el sexo es más intenso y placentero.
Espero les haya gustado mi aventura. Para finalizar anexo un par de fotografías de mi cuerpo para que se hagan la idea de por qué mi hermano no se puede resistir.

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